No salen las palabras, solo salen las melodías que es mas fácil revelar el corazón cantando
Puedo sentirlo, muy claro, trascendental, ponerlo en orden atenta contra mi caos mental
Qué fácil es sentir Qué fácil es sentir Qué fácil es sentir Cuando me das amor
Que dificil es para mi Escribirte una canción
Dos cervezas, dos celebraciones, dos lugares, una persona.
Ambas celebraciones tan inesperadas y poco planeadas como las circunstancias que llevaron a ellas.
Cometo el error de pensar que estas celebraciones son personales, aunque este sola en carne no obstante no lo estoy en sentimiento. Nobles almas siguen mi trayecto y mi estado de la manera más dulce imaginada jamás.
Es más el miedo que siento en anticipación cometiendo el error de pensar que todos son tan estrictos y mezquinos como yo lo soy conmigo misma, que el miedo que siento en las situaciones reales.
Sé que te he visto antes, no me cabe la menor duda. Sé que he visto esos ojos, se que he visto esa cara.
Recordé, viendo imágenes superponerse, como cuando un relámpago va iluminando diferentes capas de nubes y se van superponiendo diferentes cielos iluminados en una noche oscura.
Vi tu rostro, y aunque nunca había visto ese en específico, sabía que eras tú. Sabía que aunque estabas muy cambiado y no te parecías a como te había visto antes, que eras tú.
Cierro los ojos y ¡bum!, despierto.
Como casi siempre, no tengo idea de dónde estoy, ni de cómo llegué aquí, consecuencias naturales de alguien que salta de vida en vida si se piensa bien. Uno creería que de llevar haciendolo toda una de las vidas se acostumbraría rápido, pero aún no he encontrado manera de sacudirme esa sensación de que algo resbala por mi nuca una vez que despierto.
Con mezcla de cautela y en un estado semejante a la embriaguez, analizo mi entorno: estoy en medio lo que parecen ser largos pasillos.
Mi tiempo libre ha estado empapado de estas dos, casi no ha dejado espacio para otras cosas.
Principalmente leer, que he encontrado que ninguna lectura satisface mi curiosidad por ahora. Solo la afana, la alborota, le echa leña al fuego.
Dibujar lo hago por necesidad. No puedo estar bien conmigo misma sin siquiera hacer algo de calentamiento. La creatividad ahí ha estado faltante estos días, no encuentro mucho placer todavía que me anime.
¿A quién consulta el oráculo cuando quiere saber de si mismo?
Valiente quien pueda soportar ser el mensaje y el intermediario.
A mi me ha dicho cosas que me han hecho sonreir, porque me siento delatada, como saberse arrinconado sin salida y solo esperar que el otro no se haya dado cuenta. Su mapa ha apuntado hacia las galaxias, Egipto y la escritura. Me habló de antenas, de recordar, de frecuencias, de números, decomo encontrar lo olvidado…
Otro día 25. Veo hacia atrás y contemplo todo lo que ha pasado entre uno y otro. Como un portal, veo hacia atrás desde aquí para regresar hacia otra habitación, otro yo.
Lo cambios siguen surgiendo, pero cada reto ha tenido solución. Todavía no tengo una dirección fija. Eso es lo que más come mi tranquilidad por ahora. No necesito que sea larga, pero al menos tener una minima molécula de seguridad.
He descansado unos días del blog y de casi todo el mundo.
Todavía estoy haciendo castillos en el aire, planes en la arena.
¡Qué dicha de que hayan castillos!
Me he lastimado de tanto andar este fin de semana. Pero valió la pena, he aprendido valiosas lecciones y confirmado varias intuiciones que pretendía ignorar para no aceptar.
Parte del ciclo del trabajo es descanso.
Ahora… de nuevo de subida.
P C P Y R Y P O V Y T Y T Y C C Y R O V Y T Y T Y C C C C C
Números, números, números…
Hoy he visto “Las meninas” en una DailyArt, una app que me manda una obre de arte todos los días a las 17:00.
Recordé que esa pintura en específico ya la había visto en vivo hace mucho tiempo y sospechaba que había sido en España.
No pude esperar para saber la respuesta e inmediatamente lo busqué en Google: Museo del Prado, Madrid.
Y qué curioso que sea en el Museo del Prado, sobre todo porque acaba de reaparecer en mi radar hace unos días.