Otro día 25. Veo hacia atrás y contemplo todo lo que ha pasado entre uno y otro. Como un portal, veo hacia atrás desde aquí para regresar hacia otra habitación, otro yo.

Lo cambios siguen surgiendo, pero cada reto ha tenido solución. Todavía no tengo una dirección fija. Eso es lo que más come mi tranquilidad por ahora. No necesito que sea larga, pero al menos tener una minima molécula de seguridad.

He pagado el dinero que debía, me siento limpia. Siento lo mismo que cuando sales del baño en medio del verano: un frescor en la piel y hormigueo suave pero constante.

Mis planes siguen siendo del día a día, no he podido permitirme pensar más alla de una semana. Siempre hay un pendiente pequeño en un par de días que podría desbloquearme, y aunque me desespere la verdad es que debo reconocer que el trayecto hasta el día de hoy me ha otorgado más experiencias de lo que hubiese imaginado.