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Guardianes de orejas largas

Cuando era muy pequeña, tenía la extravagante fantasía de que un conejo azul era mi novio, ¡ja, ja! Hago énfasis en lo de “muy pequeña”. Desde entonces, ha persistido en mí una fascinación inconsciente por los seres de orejas largas.

En la preparatoria, creé un personaje bastante peculiar, llamado “Maco” por “Malo Conejo”. Era una especie de conejo bastante rudimentario, con un parche en el ojo, un garfio y una cicatriz en forma de equis en la cara. ¡Era malvado! …y un conejo, ¡ja, ja!

Durante mi tiempo en la universidad, me propuse llenar la libreta de apuntes de mi amigo Héctor con dibujos de conejos. Al final del semestre, había más de cien conejos decorando las páginas de sus notas de Ética. A las 5:30 p.m., ninguno de los dos quería estar allí, pero los conejos… los conejos hacían que el tedio fuera soportable.

Hace ocho años, un día surgió de la nada un personaje llamado Oñoño en mi monitor, bueno, no exactamente de la nada, tenía una idea que necesitaba forma, y mi misión era plasmarla en un dibujo. Así nació un día, con orejas largas, travieso e inocente.

Incluso últimamente, he notado que la presencia de conejos en mi vida ha sido constante. He tenido amigos con conejos como mascotas, personajes ficticios con los que me identifico, e incluso antenas de televisión en forma de conejo. Y no lo cuestionaba, ¡claro que los conejos tenían sus propias antenas! ¡Qué amables de su parte compartir su tecnología con nosotros! Tal vez ellos ven televisión al cerrar los ojos o al soñar.

Nada cuestionable para mí que los conejos tuvieran tecnología, de alguna manera tenían que comunicarse con el conejo de la luna, ¿no? Si no, ¿por qué haría él todos esos pasteles de arroz?

Todo esto me ha llevado a reflexionar al escuchar la banda sonora de Klonoa. Los sentimientos me abruman cada vez que la escucho. Pero siempre es un sentimiento especial, un tanto familiar pero a la vez no, como la sensación que te embarga justo antes de abrir la puerta a un lugar que ya conoces pero tienes la idea de que algo inusual te espera detrás. Es una mezcla de “Soy una extraña en este mundo, pero quiero seguir explorándolo”.