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Lo Contrario Al Orgullo

Siento algo a lo que le he puesto la etiqueta de contrario al orgullo. Lo siento cada vez que me siento desplazada por fantasmas. Cuando desenfoco la mirada y me abraza un poco más el cansancio y la oscuridad.

Pienso en momentos dolorosos que solo lo son por heridas anteriores a ti.

Tengo que sanar. Y para sanar hay que dejar la herida, olvidarse de ella, no molestarla, no rascarla. Yo debería saber bien de eso, rascarse solo se siente bien en el momento, pero lo haces hasta que te hieres y te sangras… y la herida abarca más.

No quiero rascar mi alma. Rascar mi alma me hace sentir lo contrario al orgullo.