Mutismo selectivo
Trato de entender esta especie de mutismo selectivo que me atormenta.
Se me ahogan las palabras en la garganta, o aveces no llegan ahí, las puedo sentir en mi cabeza y al mismo tiempo el bloqueo de ellas. Como una leve corriente en un río, siento que cierro el flujo en la presa detrás de mis ojos.
Aveces me pregunto si la manera en la que hablo es muy rara. Si las palabras que elijo para comunicarme, para construir puentes humanos, son la causa de que no pueda completar esos mismos puentes.
Quiero escuchar mi propia voz, entenderla, saber cómo habla, conocerla su inflexión, sus vicios y recursos; saberlo tan bien como he sabido la de otros.
Y mi voz… se queda ahí, adentro, tímida… No, no tímida. La voz no es tímida. Tiene miedo de salir y tener que regresar en reversa, como vómito inverso, de donde salió porque alguien a quien quise mucho una vez, tal vez, quiso que mis palabras regresaran en el tiempo, que regresaran de donde vinieron, haciédome tragar palabras.
Puedo vivir bajo las reglas de un “mutismo selectivo”… quiero reenfocar ese silencio y llevarlo hacia mi, y poder sacar las palabras que quiero al exterior, lejos de mi.
…
Me pierdo en mi.
Me perderé en mi para recuperarme, para recuperar esas piezas de mi como mi voz.