Pescador
Hay un pescador con el que sueño, a veces.
Cabello oscuro, ojos oscuros. Fondo azul. Cada vez que me ve llegar, me envuelve en sus brazos sin decir palabra. Llena mi copa de agua. Me lleva al mar. Me canta.
Es su canto lo que me atraviesa, porque casi nunca me habla. Siento, a través de su canto, la magia que imprime al viento al salir de su boca. Le transfiere algo que las palabras no alcanzan: lo oímos como un idioma, pero es algo más profundo. A veces me cuenta, sin palabras, el peso de su día, el cansancio que cargan sus hombros. Otras veces, la ligereza que todavía habita en su corazón.
Tiene manos ágiles y cuidadosas, que siempre encuentran la manera de rozarme, dejando una caricia en cada encuentro, cada vez que me fijo en ellas y en su belleza.
Mi pescador, que canta, que transforma colores en formas, haciendo alquimia de manchas en seres.