Rium
Rium, el Payaso Errante
Un día, un forastero llegó a Cobalia. Era un hombre alto y delgado, vestido con coloridos harapos, llenos de parches de tela de diferentes tonalidades. Su rostro estaba cubierto de maquillaje blanco, con un gran círculo azul en el ojo izquierdo y un pequeño círculo alrededor del ojo derecho, y una sonrisa pintada que ocultaba su expresión real. Su nombre era Rium, y era un payaso errante, uno que había recorrido los rincones más oscuros de Astolba, llevando consigo la melancolía de los lugares que había visto y las tragedias de las que había sido testigo.
A pesar de su apariencia estrafalaria, era difícil no sentirse conmovido por su presencia. La gente del pueblo, al principio, lo recibió con desconfianza, pero pronto se dieron cuenta de que su humor, aunque sombrío, tenía una capacidad única de resonar con las personas. Sus actuaciones eran extrañas, mezclando risas con lágrimas, comedia con tragedia. Rium podía hacer que una persona se riera hasta llorar y luego, sin previo aviso, hacer que esas lágrimas fueran de tristeza genuina.
Rium había llegado a Cobalia siguiendo un impulso que no entendía del todo, un deseo de encontrar algo que había perdido hace mucho tiempo. Cuando vio a Fiaresca por primera vez, supo que había encontrado lo que buscaba, aunque no podía explicar por qué.
“¿Quién eres tú?” le preguntó Rium una tarde, mientras la encontraba sentada en una colina, mirando las dos lunas.
Fiaresca lo miró, sus ojos brillando a la luz del sol que siempre se ponía. “No lo sé”, respondió, su voz suave y llena de una tristeza que resonaba en el alma de Rium. “Soy alguien que no recuerda de dónde viene pero que siente que está destinada a irse de aquí.”
Rium asintió, comprendiendo ese sentimiento más de lo que le gustaría admitir. “Yo soy Rium,” dijo con una sonrisa pintada que no alcanzaba sus ojos, “un payaso que ha olvidado cómo reír de verdad.”
Fiaresca sonrió levemente, una sonrisa que parecía traer consigo una brisa cálida. “Entonces, somos dos almas perdidas en este mundo extraño.”