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De tardes naranjas y tristes

Para mí, para dejar ir, hay días así, naranjas, grises, tristes, no sé. A veces, no hay remedio, hay días así, naranjas, grises, y un poco tristes.

¿Qué pasará cuando se apaga la flama y queda la ceniza, queda la ceniza? Aunque hoy no llore, de tanto en tanto me dan ganas de mirar sin sentido a la ventana, y ver el cielo, metacrilato naranja.

Veo un reflejo en un charco, un nubarrón, un espejismo. Si no lo piso bien, me tragará el abismo.

¿Qué pasará cuando se apaga la flama y queda la ceniza, queda la ceniza? Aunque hoy no llore, de tanto en tanto me dan ganas de mirar sin sentido a la ventana, y ver el cielo, metacrilato naranja.

Un cubo, terrario humano, lagartijas en el techo, los topos en el subterráneo, cada quien en su rebaño.

En mi pequeño espacio, salgo y veo por una rendija, un pedazo de cielo con forma de pieza, de rompecabezas, la pieza disonante.

¿Qué pasará cuando se apaga la flama y queda la ceniza, queda la ceniza? Aunque hoy no llore, de tanto en tanto me dan ganas de mirar sin sentido a la ventana, y ver el cielo, metacrilato naranja.

La pieza disonante, en un cielo de rompecabezas, días naranjas y grises, tristes, no sé.