Otro día 25. Veo hacia atrás y contemplo todo lo que ha pasado entre uno y otro. Como un portal, veo hacia atrás desde aquí para regresar hacia otra habitación, otro yo.
Lo cambios siguen surgiendo, pero cada reto ha tenido solución. Todavía no tengo una dirección fija. Eso es lo que más come mi tranquilidad por ahora. No necesito que sea larga, pero al menos tener una minima molécula de seguridad.
Tag: personal
He descansado unos días del blog y de casi todo el mundo.
Todavía estoy haciendo castillos en el aire, planes en la arena.
¡Qué dicha de que hayan castillos!
Me he lastimado de tanto andar este fin de semana. Pero valió la pena, he aprendido valiosas lecciones y confirmado varias intuiciones que pretendía ignorar para no aceptar.
Parte del ciclo del trabajo es descanso.
Ahora… de nuevo de subida.
Números, números, números…
Hoy he visto “Las meninas” en una DailyArt, una app que me manda una obre de arte todos los días a las 17:00.
Recordé que esa pintura en específico ya la había visto en vivo hace mucho tiempo y sospechaba que había sido en España.
No pude esperar para saber la respuesta e inmediatamente lo busqué en Google: Museo del Prado, Madrid.
Y qué curioso que sea en el Museo del Prado, sobre todo porque acaba de reaparecer en mi radar hace unos días.
En mi época universitaria era normal pasar 1 hora en el transporte público (de ida y de regreso).
Detestaba tener que pasar ese tiempo, porque lo sentía como tiempo muerto. Claro que al principio me entretenía ver los paisajes de una ciudad desconocida al principio, pero ese entusiasmo se desvaneció bastante rápido por los continuos atascos en el tráfico.
La manera en que mejor encontré de pasar ese tiempo era dibujando.
He estado durmiendo mucho últimamente. No sé si es por los antidepresivos que empecé a tomar, o si hay una razón más oscura detrás de mi somnolencia sobre la cual evito ahondar. Me despierto constantemente en la muda madrugada y siento que algo se arranca de mí. Es como si estuviera perdiendo una parte de mí misma, una fibra que me conecta con mi hogar, con mi esencia.
Cada vez se siente como una lucha, como si mi cuerpo y mi mente se resistieran a dejar ir el sueño.
Hoy me han dicho, casi sin querer y escondido entre pláticas intrascendentes, que tengo una chispa en mi… Y que esa chispa se apagaba aveces.
Es para mi una incógnita de qué se trata esa chispa, como se ve o de qué está hecha. Pero puedo aceptar muy feliz la idea de que alguien vea luz en mi, aunque débil e intermitente aveces, la luz es visible desde afuera.
La voy a cuidar, la voy a curar, y la voy a alimentar para que crezca y crezca y quien sea que se tope con ella en el futuro vea más que una chispa, que pueda ver un sol.
¿Alguna vez te has sentido identificado al mismo tiempo que alguien te ofrece una descripción tuya que no esperabas?
Yo si.
“Cuando está Eli mal, Eli no habla” es la descripción. Pero ya no soy esa persona.
Así que estoy hablando.
Con profesionales, con amigos nuevos y viejos, conmigo… con el mundo a través de este blog (es mi esperanza, mi chispa de luz), contigo que lees esto.
Siempre me ha gustado la idea de comunicarme.
Pasada la semana desde que inicié este blog me siento muy contenta. Siento que he logrado algo, aunque sea pequeño para algunos, para mi ha sido un refugio.
He podido concentrar mi mente en una tarea, ser persistente en algo que usualmente me cuesta mucho, he pedido ayuda, la he recibido, y también he intentado cosas nuevas que aunque me paralizaban de miedo, la electricidad hizo que no me detuviera una vez que empecé.
Hoy escuché algo muy interesante en la tele: “Jugar es mi escudo”.
Me gustó mucho la frase y sentí que me hace falta reaunadur justo eso en mi vida. Un poco más de juego, un poco más de livianidad y de flotar un poquito en la torrente de la vida, de no tomarse las cosas tan enserio y ver las acciones como finalidades de ellas mismas para disfrutarlas.
Reanudar el juego, reanudar el disfrute de las actividades por si mismas.
Espero poder dormir. Espero poder dormir y que no me hable nadie. O más bien, espero que me hablen antes de irme a dormir.
Ayer me fui a dormir y me hablaron. Hoy en la mañana al despertar vi dos llamadas perdidas y me emocioné un poco, pensando en que alguien se habría intentado comunicar conmigo por alguna razón.
Y, aunque en teoría cierto, la llamada era de una institución y no de un individio que conociera.